Verificación de las ruedas del automóvil

Verificación de las ruedas del automóvil

Ahora vamos a necesitar el compás de varas que va a sernos una herramienta muy útil para este tipo de comprobaciones (Fig. 3). Al decir verificación de las ruedas nos referimos al acto de comprobar si las ruedas se hallan alineadas con respecto a su posicionado en la carrocería, pues siendo ésta el soporte de los anclajes de la suspensión y de la dirección, si se halla la carrocería torcida o desviada, el conjunto de las ruedas no va a ser simétrico en uno u otro lado debido a la posible variación de sus anclajes. Y esto es lo que se trata de averiguar.

Para llevar a cabo esta verificación se coloca el automóvil preferentemente elevado a poca altura, con las ruedas delanteras perfectamente orientadas hacia adelante, del modo que muestra la figura 1. A continuación se monta el compás de varas próximo a las ruedas y se colocan las reglillas orientadas hacia el centro del eje paralelo a la marcha de la rueda, del modo que la figura muestra de una manera clara, es decir, a media altura de cada una de las ruedas.

Se comienza la operación por la parte derecha del vehículo, y en la rueda trasera se dispone siempre de dos reglillas mientras que en la rueda delantera basta con solamente una. La punta de las reglillas debe tocar por igual a su punto correspondiente de la rueda.

Cuando se ha conseguido esta misma disposición mostrada en la figura 4, se fijan las reglillas por medio del tornillo de fijación de que disponen, y se pasa todo el conjunto del compás de varas al lado contrario del vehículo con el fin de llevar a cabo la comprobación de la parte izquierda. Las puntas del compás deben coincidir en los mismos puntos de las ruedas delantera y trasera a como lo hacían en el lado de la derecha. Ello nos indicará que la carrocería no ha sufrido deformaciones en la parte que se refiere a los anclajes de las ruedas y todos sus mecanismos derivados, lo que ya será buena señal de la entereza de la estructura de la carrocería encargada de soportar estas partes.

Pero también puede ocurrir que no haya una completa coincidencia o que haya diferencias notables, lo que nos indicará la presencia de deformaciones en la estructura que deberemos considerar con plena atención. En la figura 5 se han representado algunas de estas deformaciones posibles detectadas por el compás de varas. Hay que advertir, desde el primer momento, que en las figuras se ha exagerado mucho la deformación de la estructura, pero ello se ha hecho para dar una mejor y más rápida idea de las posibles desviaciones con las que podemos encontrarnos.

El dibujo número 1 de la citada figura 5 nos muestra la colocación del compás de varas en la parte derecha y la toma de los puntos de referencia del modo explicado; pero al pasar las mismas medidas a la zona de la izquierda nos encontramos con que, si bien las cotas de la rueda trasera son correctas, no ocurre lo mismo con la rueda delantera cuya posición relativa con respecto a su igual del lado derecho ha sufrido un buen desplazamiento. Esta característica nos indica una deformación en la parte delantera de la estructura de la carrocería, generalmente por deformación de las varas.

En el dibujo 2 de esta misma figura encontramos otro tipo de deformación en la parte trasera, por medio de la cual el tren posterior está desplazado por movimiento de los anclajes de la suspensión. En el dibujo 3 la deformación de la estructura es doble pues afecta a la parte delantera y a la trasera, tal como la comprobación con el compás de varas nos indica, mientras en el dibujo 4 la deformación importante se halla solamente en la estructura delantera por desplazamiento de las varas de la plataforma.

En la práctica, unas desviaciones tan acusadas como las que se pueden apreciar en la figura 5 no se podrían dar, en primer lugar porque se apreciarían a simple vista de una manera muy clara, y en segundo lugar porque el vehículo presentaría grandes dificultades al avance que dejarían muy de manifiesto el mal que le aqueja. Pero lo que sí puede ocurrir es que deformaciones de este tipo, de solamente unos pocos milímetros no sean apreciables a la vista ni produzcan dificultades demasiado anormales en la conducción. Quizá solamente el anormal desgaste de los neumáticos pueda ser un indicio del mal estado de alineación de la estructura.

Si a consecuencia de un fuerte impacto se ha producido alguna desviación de este tipo, por pequeña que sea (y siempre que sobrepase, por supuesto, la tolerancia admitida por el fabricante) debe tratarse de enderezar la parte afectada y si la diferencia es muy pequeña y el cliente no está dispuesto a hacer grandes gastos en la reparación, por lo menos se tendrá que revisar el punto en que la plancha ha cedido para comprobar el estado de las soldaduras y que la plancha citada no haya perdido sus protecciones contra la corrosión.

En algunos casos será conveniente la verificación de la geometría de la dirección y tener en cuenta los valores de las principales cotas de alineación de las ruedas y que son: salida, caída, convergencia y avance.




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