Seis conclusiones sobre el presente y futuro del coche eléctrico

Seis conclusiones sobre el presente y futuro del coche eléctrico

Vamos por el buen camino, pero todavía queda mucho por hacer. Durante el evento Michelin Challenge Bibendum de Berlín varios comités de expertos han debatido sobre el estado actual de la movilidad y, en concreto, sobre el estado actual del coche eléctrico.

Al final de las jornadas han presentado sus conclusiones a la prensa, que hemos querido resumir en seis puntos que nos dan una visión del estado actual de la tecnología de coches eléctricos.

La gran pregunta es cuánto los coches eléctricos serán una compra asequible, más que su alternativa en motores térmicos. La respuesta depende de muchos factores. Mi apuesta: 2015.

 La reducción de consumo va por el buen camino

Durante el Michelin Challenge Bibendum ha realizado un “rally” de 300 km, a una media de 60 km/h por los alrededores de Berlín. El consumo de combustible medio de los coches que participaron en ella fue de 4,8 litros cada 100 km, una buena cifra.

Pero la buena noticia es que, en el mismo recorrido, el consumo de los prototipos fue de 3,7 litros a los 100 km. Las emisiones de CO2 fueron de 127 g/km en los coches de producción y de 91 gramos en los prototipos.

Además, en los coches eléctricos las emisiones medias de CO2 en ese recorrido fue de 80 g/km. Realmente los coches eléctricos no emiten gases, pero se tiene en cuenta los que se emiten durante la obtención de la electricidad necesaria. La cifra está calculada para la media de emisiones por kWh de Europa.

Sí, vamos por buen camino.

Los coches eléctricos consumen poco en ciudad

El consumo en un recorrido de 30 kilómetros, con 30 paradas, el consumo de los vehículos eléctricos de cuatro ruedas fue de 15 kWh/100 km, lo que equivale a unas emisiones de 68 g/km de CO2. En el caso de los cuadriciclos (que no se pueden considerar coches), el consumo se reduce a 8 kWh y 37g.

El coste de las baterías está bajando, pero todavía no es suficiente

La rentabilidad es el factor necesario para la implantación del coche eléctrico. Ésta depende de tres factores:

  1. Precio de las baterías
  2. Precio del kWh
  3. Consumo del vehículo

Ambos tienen que mejorar, pero el que debería tener más margen de bajada es el precio de las baterías. Si una batería que nos permite recorrer 100 km cuesta 6.000 euros, el coche eléctrico será muy rentable. Si cuesta 18.000, es muy complicado.

Por ejemplo, si conseguimos bajas hasta 200 euros por kWh, y el coche consume 20, la batería costaría 4.000 euros para 100 km de autonomía. El caso ideal. El coste por kilómetro es bueno incluso en el peor de los casos, por ejemplo en 100.000 km pagaríamos entre 1.500€ y 4.500€, sin embargo el coste inicial sería demasiado alto.

Las baterías van mejorando en precio y en ciclos de recarga, pero no en densidad

  • El precio de las baterías está bajando.
  • Su seguridad es razonablemente buena, y además va subiendo.
  • Su vida útil está actualmente en 1.500 ciclos, lo que equivale a siete años de uso medio.
  • La densidad, sin embargo, sigue siendo un problema. Es decir, ocupan demasiado, lo que implica peso en el vehículo y reducción de espacio útil.

Los coches eléctricos son la principal apuesta, pero no la única

  • El hidrógeno se posiciona como alternativa viable
  • Los biocombustibles son viables en cualquier sitio en el que no compita contra la comida o el bosque. Me pregunto, ¿y eso no es una influcencia global?
  • El gas natural tiene grandes beneficios, emite un 20% de CO2 menos que la gasolina. Además hay reservas de gas en muchos países

El mercado no bajará a 100g/km por sí solo

El objetivo de reducir las emisiones de CO2 a 100 g/km se alcanzará, pero el mercado no lo hará por sí sólo. Las regulaciones son esenciales, obligando a los fabricantes y consumidores a adoptar las soluciones técnicas que sí están disponibles.

La seguridad y la ecología no son incompatibles

A medida que pasan los años los coches son más seguros y, como consecuencia, más pesados. Sin embargo el peso aumenta el consumo. La industria debe apostar por una estrategia que tenga en cuenta ambos factores: ser sostenible y cada vez más segura.




Califica este Artículo:



Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *