El masillado en el automóvil

Utilizando las técnicas de aplanado que hemos visto hasta ahora podemos devolver a la plancha su forma original y conseguir para ello superficies lisas, pero no de una manera absolutamente perfecta. Para obtener este resultado es necesario dar los últimos retoques a estas superficies que no han quedado perfectas y presentan algunas irregularidades. Asimismo será necesario eliminar cualquier señal ocasionada por el uso de las diferentes herramientas que marcan la plancha.

Todos los trabajos centrados en estos retoques tienen por misión dejar la superficie de la plancha completamente lisa y apta para recibir las capas de protección de la chapa y, finalmente, las de pintura que son la culminación de la reparación. La técnica general empleada para estos trabajos es el masillado.

Las masillas destinadas al acabado de las reparaciones de chapa son pastas fabricadas a rase de resinas de poliéster que se aplican sobre a parte afectada por las irregularidades. Después afinado o pulido (con lijas de diferentes granos), podrá dar a la plancha la forma final y se conseguirá el definitivo alisado.

Antiguamente las masillas eran lentas en su secado, de forma que se necesitaban largas horas antes de poderlas trabajar después de haberlas aplicado. Pero en la actualidad las masillas se secan, generalmente, con una gran rapidez, de modo que se puede trabajar en ellas a los pocos minutos de su aplicación.

Como quiera que en el mercado existen diversos tipos y marcas de masillas, deberán tenerse en cuenta y leerse con atención las instrucciones específicas de aplicación que cada fabricante acompaña en el mismo envase.