Idea del funcionamiento de los restantes órganos del automóvil

Después de esta larga aunque breve explicación de lo que es el motor de un automóvil (yo espero que el lector me perdone si le he parecido en algún momento pesado) vamos a dar por terminada esta parte sobre la constitución general del motor. Ahora bien: Un automóvil no es sólo motor, ni siquiera en su parte mecánica. También hemos de contar con un grupo importante de conjuntos mecánicos que colaboran a que podamos aprovechar la potencia que el motor nos proporciona. En efecto: Si tenemos un motor, lo primero que necesitamos es encontrar una forma para que la potencia pueda ser transmitida a las ruedas, las cuales son, en definitiva, las que han de transportarnos.

Así pues, primera cosa importante: Necesitamos disponer de un mecanismo que nos permita conectar y desconectar el movimiento del motor a las ruedas. El encargado de hacer una cosa semejante recibe el nombre de embrague y consiste, normalmente, en unos discos que pueden acoplarse a voluntad gracias al accionamiento de un pedal que el conductor conoce bien desde que recibe las primeras lecciones en la autoescuela. Debido a que la energía del motor debe aprovecharse al máximo, para economizar el combustible y para hacer posible que el vehículo pueda circular por las subidas más empinadas de una carretera, es preciso que el automóvil esté provisto de una caja de cambios de velocidades la cual consiste en un juego de varios engranajes que permiten al automóvil transformar los valores de la velocidad de giro que el motor proporciona: Cuanto menor es la velocidad dada a un automóvil, a igualdad de régimen y consumo de combustible, mayor es su fuerza de arrastre. Por lo tanto, cuando reducimos la velocidad a través del cambio de marchas, más fuerza tenemos en las ruedas para salvar mayores esfuerzos necesarios para la marcha.

Figura 30. Embrague y cambio de velocidades de un automóvil con motor transversal y tracción delantera.

  1. Piñón de primera y marcha atrás.
  2. Rueda de marcha atrás.
  3. Rueda de primera velocidad.
  4. Sincronizador de primera y segunda.
  5. Piñón de segunda.
  6. Piñón de tercera.
  7. Sincronizador de tercera y cuarta.
  8. Piñón de cuarta.
  9. Tren de engranajes de toma de fuerza desde el embrague.
  10. Dedo selector de velocidades.
  11. Piñón de ataque del diferencial.
  12. Corona del diferencial.
  13. Rueda de segunda.
  14. Rueda de tercera.
  15. Rueda de cuarta.

Por otra parte, a la salida de la caja de cambios tenemos que el movimiento, ya reducido, pasa a las ruedas; pero no lo hace de forma directa sino que, antes de llegar hasta ellas, todavía sufre una nueva e Importante reducción. De esta operación se encarga un nuevo mecanismo llamado diferencial. Estos importantes elementos que acabamos de citar —embrague, caja de cambios y diferencial— podemos verlos, en un grupo, en el dibujo que nos muestra la figura 30. En este caso pertenecen a un automóvil dotado de tracción delantera y motor transversal, que es mm de las disposiciones más corrientes que adopta la técnica automovilística por la gran estabilidad que esta disposición ofrece y la seguridad en la conducción que aporta.

En los automóviles dotados de tracción trasera, la reunión de todos estos elementos resulta más dispersada debido a que el diferencial debe encontrarse en línea con las ruedas traseras. Su disposición la indica, en trasparencia, la figura 31, la cual muestra este mecanismo una vez se ha desmontado la caja o carcasa que lo cubre. Lo escrito en el pie de figura determina el nombre de los principales elementos que forman este tipo de mecanismo. En este caso, una barra llamada árbol de transmisión se encarga de traspasar el movimiento recibido y tratado en la caja de cambios, hasta este mecanismo del diferencial, cuya entrada se efectúa a través de la horquilla (1) de la figura.

Idea del funcionamiento de los restantes órganos del automóvil Glosario y Manuales

Figura 31. Disposición de la transmisión final y del diferencial, en un vehículo de tracción trasera.

  1. Horquilla de accionamiento.
  2. Retén de aceite.
  3. Cojinete delantero del piñón.
  4. Distanciador de los cojinetes.
  5. Cojinete trasero.
  6. Coro­na.
  7. Satélite del diferencial.
  8. Cárter del puente trasero.
  9. Planetario.
  10. Caja del diferencial.
  11. Caja de satélites.
  12. Cojinete.
  13. Fijación de la tuerca de reglaje.
  14. Semieje.
  15. Tuerca de reglaje del diferencial.
  16. Junta.
  17. cárter-soporte del diferencial.
  18. Piñón de ataque.

Con todo lo dicho hasta aquí ya tenemos el coche en movimiento y dispuesto a trasladamos donde sea. Pero el movimiento no lo es iodo porque está claro que, además, hemos de poder controlar debidamente el movimiento. Ello se logra por medio de la dirección que es el mecanismo propio del volante de conducción y por medio del cual me controla la trayectoria de las ruedas. Pero, además, también tendremos importantes problemas si no podemos moderar el movimiento, es decir, reducirlo cuando éste resulta excesivo. Para ello disponemos del conjunto de los frenos.

Figura 32. Sistema de frenos completo aislado del conjunto de mecanismos de un automóvil.

  1. Circuito delantero.
  2. Circuito trasero.

Hemos de poder controlar la velocidad de cada rueda de modo que podamos reducir la marcha y detener el vehículo en el lugar que deseemos de acuerdo con su velocidad de partida. Este conjunto formado por los frenos, que el lector puede ver en la figura 32, es accionado por el conductor por medio de un pedal, y también por el llamado freno de mano, ambos dispositivos de mando bien conocidos por todo conductor. También es importante pensar en la suspensión, por medio de la cual se consigue que el automóvil de adapte al estado del piso de la carretera y a la velocidad a que su conductor lo someta.

Idea del funcionamiento de los restantes órganos del automóvil Glosario y Manuales

Pero como quiera que estos elementos no tienen reparaciones importantes que deban efectuarse en ruta, no vamos a profundizar sobre este tema ni vamos a alargar más este capítulo mediante el cual solamente pretendemos que el lector se vaya acostumbrando a los nombres con los que se conocen los principales elementos que forman un automóvil, ya que ellos los tendremos que mencionar, muy posiblemente, en otras ocasiones de este mismo manual. Vamos, pues, a poner punto final al presente capítulo y, a partir de ahora, vamos a fijamos exclusivamente en lo que es el tema específico del presente manual, es decir, en la forma de llevar a cabo las pequeñas reparaciones que en carretera puedan sobrevenimos, siempre claro está, que se trate de pequeñas anomalías que estén a nuestro alcance, tal como veremos detalladamente en cada caso.




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