Utilización del compás de varas del automóvil

Para llevar a cabo este trabajo se precisan, como mínimo, tres compases de varas que deben estar constituidos cada uno por los siguientes elementos que se aprecian en la figura 43. En primer lugar, por dos reglas deslizantes que deben poder graduarse a lo ancho entre los largueros de la estructura de la plataforma de la carrocería. En la parte central deberán disponer de un punto de mira, punto que deberá estar colocado en todos los compases exactamente en el mismo lugar. Por último, y para hacer frente a la fijación de los compases se deberá disponer de una punta de gancho regulable para la fijación del gancho de una forma estable.

Una vez obtenidos los compases de varas de la forma y características que hemos indicado se pasa a su colocación de forma que, al mirarlos por delante, todos ellos se enfrenten de la manera que nos muestra el dibujo de la figura 44. Aquí, como puede verse, los puntos de mira se tapan los unos a los otros y, mirando de frente solamente se aprecia uno de estos puntos de mira cuando en realidad sabemos que hay tres. Ello quiere decir que la carrocería está perfecta y no adolece de defectos de torsión o desalineación. Otra cosa es cuando aparecen los puntos de mira desalineados como ocurre en los casos de las figuras 45, 46 y 47.

En la figura 45 tenemos un claro caso de hundimiento porque el compás de varas central queda más bajo que los otros compases, el trasero y el delantero. Esto quiere decir que los largueros han cedido en parte por su zona central de modo que se ha producido un verdadero hundimiento de la carrocería.

En la figura 46 tenemos un caso de torsión de la carrocería a través de la plataforma. Aquí los compases no se hallan igualados paralelamente, lo que representa un síntoma que nos pone en aviso de la torsión de la carrocería.

Por último, tenemos en la figura 47 el caso que nos presenta un hundimiento lateral de la carrocería.

Aunque estos ejemplos representados en esta serie de figuras presentan los síntomas muy exagerados para una mejor y más rápida compresión por parte del lector de la idea de la alineación, cabe destacar que algunas de estas deformaciones pueden pasar inadvertidas por el método de comprobación de las diagonales, por lo que, en casos de golpes de cierta envergadura o de vuelcos es conveniente llevar a cabo comprobaciones de este tipo para una mayor seguridad en la investigación de los daños ocasionados.

En el caso de la figura 48, el fabricante Autorobot, nos presenta una bancada de medición 3D, que consiste en dos punteros que se adaptan a los diferentes puntos de la carrocería y seis punteros más de chasis, que permiten realizar mediciones en 60 puntos vitales.

Este equipo incorpora un banco de datos donde almacena la información de aproximadamente unos 2.000 vehículos que, con sus medidas específicas, ayudan a determinar los valores del vehículo en cuestión.

Otro importante fabricante, como es el caso de Vulvo, ofrece equipos de medición, como los que podemos ver en las figuras 49 y 50, que se adaptan perfectamente a las necesidades de verificación de cualquier carrocería.

Gracias a los logros de la electrónica, cada vez son más los fabricantes que ofrecen sus equipos de medición por medio de soporte electrónico. Éste es el caso del modelo Naja del fabricante Celette (Fig. 51), un aparato metrológico controlado por ordenador que permite el control y reparación de cualquier automóvil, mediante conexión inhalámbrica por señal acústica, entre el punto de verificación (palpador) y el ordenador (Fig. 52). Dicho ordenador incorpora un programa informático que permite controlar en pantalla las diferentes mediciones que, a la vez, son comparadas con los valores que dispone su base de datos (Fig. 53).