Sustitución del techo del automóvil
En la mayorÃa de los casos se tendrá que contar con la necesidad de desmontar todos los asientos interiores, asà como los recubrimientos tapizados que se encuentran por los alrededores de la plancha del techo, la cual tendrá que cortar. Por supuesto, se tendrán que desmontar también las puertas a base de sacar el pasador de las bisagras. También tendrán que desmontarse las lunas de cristal del parabrisas y de la luna trasera. El trabajo de chapista propiamente dicho comienza por tener que decidir, en primer lugar, la lÃnea que deberá seguirse para efectuar el corte de la plancha del techo.
Por supuesto, debe seguir ahora las mismas normas generales a las que nos venimos refiriendo a lo largo de este libro para corte de planchas similares. Recuérdese que la regla consiste en seguir en el corte la lÃnea más próxima a la de los puntos de soldadura. En la figura 1 tenemos un ejemplo de una carrocerÃa de tipo familiar en donde las lÃneas de puntos indican los lugares por los que se aconseja siempre que se haga el corte de la plancha, teniendo en cuenta que se hace lo mismo por la lÃnea opuesta que no se aprecia en la figura. En la parte trasera, si el techo forma parte del marco de los cristales de custodia, debe cortarse del modo que nos muestra la figura 2, aunque depende siempre del diseño de carrocerÃa con el que estemos trabajando.
Una vez determinada la lÃnea de corte resulta muy aconsejable colocar unos tirantes cruzados que se soporten desde el suelo del vehÃculo y que lleguen hasta los largueros superiores, para que aguanten bien la estructura cuando la plancha del techo haya sido cortada del todo y retirada de su contacto con las planchas vecinas.
La ausencia de puertas, y también de los cristales o lunas del parabrisas y trasero, debilitan el conjunto de la estructura que ocupa la parte superior de la carrocerÃa, de modo que es buena práctica apuntalar los largueros para que no lleguen a sufrir deformación en el momento en que se vaya a actuar con el martillo neumático o con el cincel y a mano (Fig. 3).
Se inicia el corte de la plancha por la parte delantera utilizando el martillo neumático o el cincel. Este corte se ha de producir por todo el perÃmetro de la plancha del techo para que éste pueda desprenderse. A veces no basta con este corte perimetral, pues hay carrocerÃas que van provistas de una cimbra en la zona central del tejadillo, que es un elemento de refuerzo entre los dos pilares centrales con los que forma como un arco.
La cimbra se halla sujeta al techo y hay que proceder a separarla con la ayuda de un escoplo de punta y cuerpo finos, dando golpes con un martillo (Fig. 4) y en los lugares indicados por las flechas. Después de esta operación la plancha del techo podrá ser retirada sin más inconvenientes si está, como se supone, con el corte no interrumpido en todo su perÃmetro.
Siguiendo con la operación de desmontaje se debe pasar a continuación a arrancar los restos de plancha que han quedado aprisionados por los puntos de soldadura. Dado el alto grado de accesibilidad con la que vamos a encontrarnos dispuestos todos estos puntos de soldadura, la mejor forma de proceder consistirá en emplear la técnica del fresado de los mismos.
El fresado es siempre la técnica más recomendable en todos los casos en que se dispone de espacio (Fig. 5). Una vez realizada la operación que se acaba de describir convendrá que se proceda a repasar todos los bordes de soldadura sobre los que acoplaremos después la pieza nueva. A este respecto se tendrán que esmerilar los puntos para dejar una superficie lisa y, en general, toda la pestaña, para que adquiera las mejores condiciones de recepción de la plancha de repuesto que se le aplicará llegado su momento.
Está claro que si la plancha y las pestañas han quedado ligeramente deformadas durante la operación de desmontaje del techo, se tendrán primero que repasar con un martillo y un tas hasta conseguir la buena linealidad de las mismas en vistas a esta buena soldadura que se tendrá que hacer posteriormente. Para hacer más complicada la reparación, y con el objeto de que el lector adquiera una mayor información sobre la manera de actuar en el caso de reparaciones de plancha de este tipo, vamos a considerar que el accidente que ocasionó la deformación de la plancha del techo afectó también al montante delantero izquierdo.
Destrozos de este tipo son muy frecuentes al tratarse de un vuelco en que alguno de los montantes queda afectado por la caÃda lateral del automóvil. Si una deformación de este tipo llegara a afectar a todo el marco del parabrisas, por ejemplo, entonces hay que proceder al cambio completo del mismo. Pero es conveniente que, por el momento, se vea la forma de actuar cuando solamente es preciso el cambio parcial de una parte del marco, y éste es el caso concreto de un montante.
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