Lo que hay que hacer en caso de avería del automóvil

Cuando uno va circulando tan guapamente por una carretera y, de pronto, comienzan a oírse ruidos anormales que no pueden ser identificados de una forma rápida por el conductor; cuando se ilumina alguno de los «chivatos» o alguno de los relojes de control del panel de instrymentos desplaza su aguja y llega a la zona roja; cuando el motor pierde fuerza y llega a no proporcionar potencia… todo ello son evidentes señales de que nos hallamos frente a una imprevista avería cuyas consecuencias hay que averiguar antes de seguir adelante.

Si nuestros conocimientos de mecánica son nulos poco vamos a conseguir mirando el motor, a menos que previamente no consultemos las páginas de este manual dedicadas a los síntomas de las averías en ruta.

De cualquier modo, en lo primero que hemos de pensar, de una manera rápida de reflejos, es en aparcar el automóvil fuera de la carretera. Pero si no disponemos de potencia y el coche no puede desplazarse y es necesario dejarlo en la misma carretera hay que actuar rápidamente, empujándolo, hasta dejarlo lo más arrimado posible en el arcén, de forma que robe el menor espacio a la calzada. Pensad que se han producido muchos accidentes por culpa de un conductor imprudente que no ha sabido tomar las rápidas medidas adecuadas de situar debidamente su vehículo y saber señalizarlo con la debida eficacia.

Antes de entrar en más detalles y antes de intentar saber qué le ocurre al automóvil, lo primero que hay que resolver es, pues, su colocación fuera de la carretera, procurando que sus ruedas no toque el asfalto de rodadura, o lo hagan de forma que estén en contacto con él de la manera más breve posible. Si estamos en una subida nos será fácil marchar, por el propio peso del vehículo, hacia atrás, hasta colocareos fuera de la calzada. Si estamos en una bajada, con el contacto puesto en posición de garaje podremos hacer descender por su propio peso el vehículo hasta encontrar un lugar que nos permita apartar el vehículo de la calzada. Por otro lado, si estamos en una zona perfectamente plana, podremos empujarlo sin demasiado esfuerzo.
La forma de actuar depende un poco del tipo de carretera en la que nos encontremos. Por ello vamos a hacer nuestros supuestos según nos encontremos en una autopista o en una carretera sinuosa de montaña. Veamos cada uno de estos casos.




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