Herramientas útiles para la reparación del automóvil
Con lo que hemos descrito hasta este momento ya podéis decir que vuestro equipo de herramientas cuenta con el mÃnimo pero suficiente equipo; pero ello sólo en lo relativo a las herramientas. Si sois habilidosos y añadÃs una lima, una segueta o sierra pequeña y un mediano martillo todavÃa podréis afrontar la situación con mayores garantÃas pero tampoco se tratar de llevar encima un taller que de poco os va a servir, además, si no tenéis la suficiente experiencia para realizar operaciones importantes de mecánica. Pero sà hay algunas otras cosas que resultan indispensables y que tenéis que añadir en vuestra maleta de herramientas. Veamos qué es lo aconsejable y que no figura entre las pocas herramientas que el fabricante de vuestro vehÃculo generosamente os ha regalado.
Por ejemplo: ¿Puede acaso San Cristóbal aseguraros que vuestra próxima averÃa en ruta no va a ocurrir precisamente de noche? Cierto que los coches modernos van todos provistos de una luz que alumbra el motor, pero suponiendo que la lámpara también funcione (cuando uno tiene el dÃa puede tener mil averÃas a la vez) se halla instalada, por lo general, en lugares donde alumbra el motor de una manera muy poco concreta creando grandes sombras. Por lo tanto, es casi me atreverÃa a decir imprescindible, poder disponer de una lámpara autónoma que podamos dirigir hacia el lugar exacto en el que la averÃa se ha producido. Puede valer una simple linterna de mano, pero hemos de velar por el hecho de que su pila esté siempre en las mejores condiciones pues, de otro modo, de poco o nada nos va a servir. Como quiera que las averÃas en ruta, afortunadamente, no ocurren en cada viaje, lo más frecuente es que la pila se descargue de vieja y cuando vayamos a echar mano de ella nos deje «tirados» con su, en el mejor de los casos, pálido e inútil resplandor. Por eso, lo mejor es disponer de una lámpara de mano que pueda acoplarse a la baterÃa y desde ella nos proporcione una buena luz.
Este tipo de lámparas puede tener muchas formas pero una de ellas la tenemos en la figura 23. Normalmente disponen de un largo cable, de modo que podemos trasladarla hasta incluso las ruedas traseras cuando, de noche, hemos de cambiar una rueda, vÃctimas de un pinchazo. Es, pues, necesario que os hagáis con una linterna de este o cualquier otro tipo. También es muy aconsejable que pongáis en la caja de herramientas una navaja. Sencillamente, la compráis y la dejáis en la caja. Os puede hacer grandes favores en determinados momentos. Os permitirá cortar, raspar e incluso introducir su filo en algún punto que os sea necesario. No la olvidéis.
Por supuesto también tendréis que aseguraros siempre de que vuestro automóvil vaya en todo momento provisto del correspondiente gato para el cambio de una rueda, asà como de la herramienta necesaria para sacar el embellecedor y los tornillos de la rueda. Consiguientemente es de un conductor muy poco previsor llevar la rueda de recambio sin el aire suficiente. Siempre que repasáis la presión de los neumáticos de las ruedas que están montadas en el coche no olvidéis ni tengáis pereza en revisar también el estado de presión de la rueda de recambio. Pensad que si tenéis la desgracia de tener un pinchazo de nada os va a servir una rueda desinflada si tratáis con ella de sustituir a una rueda pinchada.
Es como si no llevarais nada. Con todas las herramientas que hemos visto hasta el momento podréis desmontar y montar muchos elementos del automóvil; pero no hace falta ser muy avispado para darse cuenta de que no se trata sólo de desmontar y montar: También es necesario que reparemos lo destrozado o, por lo menos, que dejemos las cosas algo mejor de lo que estaban. Además de las herramientas será necesario disponer en nuestra caja de emergencia de algunas cosillas baratas y sencillas que nos puedan servir para múltiples usos y nos posibiliten reparaciones de emergencia que nos permitan llegar hasta el punto en que algún profesional pueda atender nuestro coche y posea las piezas de repuesto necesarias.
Pues bien; a estas pequeñas cosas vamos a referimos en esta última parte del presente capÃtulo.
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