Averías en los frenos del automóvil

Vamos a finalizar esta descripción general de averías refiriéndonos también a los frenos, ya que éstos son elementos fundamentales de la seguridad en el automóvil y el conductor debe hallarse muy alerta a detectar cualquier síntoma que puede representar un mal funcionamiento de estos elementos.

Los síntomas más corrientes y generales que puede presentar el equipo de frenos vamos a resumirlos en los siguientes seis casos:

  1. El coche frena poco o apenas frena.
  2. El coche de va de lado al frenar.
  3. Los frenos se agarrotan o bloquean.
  4. El pedal del freno ofrece poca resistencia (pedal blando).
  5. Vibraciones al frenar.
  6. Los frenos hacen mucho ruido al frenar.

Veamos las causas de cada uno de ellos.

El coche frena poco o apenas frena

Hay que estar siempre muy atento y preocupado cuando se advierten deficiencias en el funcionamiento de los frenos. El síntoma que vamos a considerar ahora es uno de los más generales que pueden presentarse pues puede referirse a una amplia gama de matices, desde un evidente estado de dificultad de frenada hasta una impresión subjetiva del usuario para quien el coche no frena ahora como él cree que debiera hacerlo.

Las causas que pueden ser responsables de una frenada insuficiente de un automóvil las encontraremos entre las siguientes:

  • Poca cantidad de líquido de frenos: Lo primero que hay que comprobar es el nivel del líquido de frenos para cerciorarse de que la falla no sea debida a la escasez de alimentación del circuito hidráulico. En la figura 26 tenemos el lugar ocupado por el depósito de líquido de frenos y en su parte superior puede verse el tapón del mismo. Si existe falta de líquido, y se han hecho periódicamente las revisiones recomendadas el fallo podría tratarse de una pérdida rápida de líquido que en el taller tendrían que investigar en los conductos. En el taller deberán comprobar los conductos y los latiguillos y ver si hay restos de zonas humedecidas, lo que indicaría pérdida en el punto húmedo o sus proximidades.
  • Pastillas o forros desgastados: Cuando esto ocurre se suele presentar el síntoma de un chirrido al frenar que el conductor advierte. En los frenos de disco, en muchos casos ni siquiera se necesita desmontar las pastillas para darse cuenta del excesivo desgaste de las mismas. Para mayor seguridad se puede proceder al desmontaje de éstas y ya se verá su estado de desgaste. También es posible advertir que el pedal tiene un aumento de recorrido superior al que se produce cuando las pastillas o los forros son nuevos. Si las pastillas dan síntomas de desgaste se tendrá que proceder a su cambio.
  • Mal estado de la superficie de los forros: Especialmente en los frenos de tambor puede ocurrir que los forros se hayan endurecido de forma que su superficie haya quedado vitrificada y su acción sobre el tambor sea más bien deslizante. Del mismo modo, la superficie puede haberse deformado manteniendo así una huella incorrecta. También pueden haberse despegado los forros o pueden ser de una inadecuada calidad para el tipo de freno que lleva el automóvil. Hay que llevar el coche al taller para que le desmonten los frenos y pasan a verificar el estado de las superficies de los forros.
  • Tambores o discos deteriorados: Cuando los tambores han perdido su perfecta forma esférica o los discos se han desgastado y están llenos de ranuraciones, el efecto frenante de los forros sobre esta superficie tiene un agarre mucho menor hasta el punto de que los frenos pueden parecer del todo ineficaces, sobre todo en las frenadas importantes. A simple vista o pasando los dedos por encima de su superficie, puede detectarse fácilmente el estado de ranuración de los discos. Cuando se advierte este defecto hay que pasar a proceder al cambio completo de discos y pastillas. En el caso de los tambores hay que llevarlos a rectificar y si quedan fuera de las tolerancias se tendrán también que cambiar.
  • Agarrotamiento de los pistones: Los pistones que en la pinza o en el cuerpo de las zapatas empujan para conseguir que los forros se apliquen contra el disco o el tambor pueden hallarse en un estado muy deficiente de deterioro o de acumulación de pasta formada por la grasa y el polvo, de modo que se atasquen y les cuesta actuar no sólo para frenar sino también para desaplicarse, con lo que dejan la rueda ligeramente frenada. A veces puede bastar con una limpieza a fondo y la reposición de las juntas y retenes; pero en muchas otras ocasiones hay que proceder al cambio de la pinza o de los pistones que se atascan.
  • Mal funcionamiento del servofreno: Por último, tampoco hay que descartar la posibilidad de un mal funcionamiento del servofreno del que, además, nos ocuparemos más adelante. En las instalaciones dotadas de servofreno se cuenta con la fuerza de éste para conseguir una frenada más eficaz. Si este elemento está deteriorado se notará que el pie requiere un gran esfuerzo para conseguir efectuar la frenada, esfuerzo que puede ser tanto más importante cuanto mayor sea el estado de deterioro del servofreno.
  • Mal estado del cilindro maestro: Cuando el cilindro maestro está en mal estado suele presentar fugas de líquido de freno que, además, son delatadas por la pérdida de líquido en el depósito. En el taller han de comprobar el estado del cilindro maestro y en especial de sus juntas y el estado de ajuste de las copelas. Si se observa desajuste general, hay que proceder al cambio del conjunto del cilindro maestro.

El coche se va de lado al frenar

Este es un síntoma muy frecuente que obedece a un gran número de causas como vamos a ver. El conductor advierte que, al frenar, el coche se desvía de su trayectoria cosa que hace tanto más cuanto mayor es la fuerza de la frenada. El conductor corrige la desviación con un ligero golpe de volante, pero la avería debe solucionarse pues puede ser peligrosa si se circula sobre terreno mojado, arena o cualquier otro tipo de pavimento deslizante.

Las causas de este defecto hemos de encontrarlas entre las siguientes:

  • Neumáticos con presión baja: La primera cosa que hay que comprobar es el estado de los neumáticos, en especial el valor de la presión. Es muy importante que los neumáticos de un mismo eje trabajen exactamente al mismo valor de presión de inflado, pues si uno de ellos está provisto de una presión muy baja ofrece mayor huella y un desequilibrio en el agarre de la goma a la hora de la frenada. También hay que ver que los dos neumáticos sean de la misma marca y tipo y que su estado de desgaste sea parejo pues defectos de este tipo pueden ocasionar frenadas irregulares cuyo efecto se multiplica en las frenadas violentas.
  • Mal asentamiento de pastillas o forros: Un síntoma como el presente puede producirse inmediatamente después de haber efectuado un cambio de pastillas o forros. Estas piezas todavía no se han ajustado debidamente al disco o al tambor de modo que la frenada no resulta uniformemente efectiva para todas las ruedas. Se dice en este momento que las pastillas aún no se han asentado con respecto a la superficie del disco. Se tendrá que esperar unos kilómetros (generalmente alrededor de los 100) para tener la seguridad de que los elementos se han acoplado, a partir de lo cual ya se les podrá pedir la máxima eficacia y la desaparición de estas irregularidades en la frenada.
  • Ajuste desigual de los frenos: En el caso de un equipo de frenos de tambor el ajuste de las zapatas es incorrecto, especialmente entre los frenos de un mismo eje. Se ha de llevar el coche al taller para que le revisen este ajuste hasta corregir el defecto de que la frenada no se reparta por igual en ambas ruedas.
  • Grasa entre pastillas y disco: El peor enemigo de la frenada es la grasa que pueda interponerse entre el disco y la pastilla. La superficie de frenada se vuelve así muy deslizante y el efecto de freno desaparece. En el taller deberán comprobar que no exista grasa en alguno de los discos pues ello lo convertiría en deslizante y, por consiguiente, de una efectividad prácticamente nula. Este mismo defecto se puede producir también en los frenos de tambor. Se tendrá que desmontar el freno y pasar a su limpieza y desengrasado completo además de que será necesario proceder al cambio de las pastillas o de los forros pues si se han impregnado de grasa no pueden utilizarse de nuevo con garantía de buen funcionamiento.
  • Fugas de líquido de frenos: No es infrecuente que sea el mismo líquido de frenos el que haya llegado a impregnar el material de rozamiento de las pastillas, de modo que éstas se muestren deslizantes. Este líquido no es tan deslizante como la grasa que hemos visto en el anterior apartado pero produce también deslizamiento. Aunque a veces puede verse desde el exterior la presencia de humedad, para comprobarlo hay que desmontar la pinza y ver la procedencia de la fuga. En el taller pueden arreglarla con la sustitución de alguna junta y con la limpieza o sustitución de las pastillas o los forros, según el caso.
  • Pistón de la pinza gripado: Basta con elevar el coche y hacer girar la rueda para darse cuenta si el defecto que consideramos es debido a que la rueda queda frenada cuando no se está aplicando el pedal del freno. Si se observa que una rueda queda frenada en estas condiciones puede tratarse de que el pistón está gripado. En el taller se tiene que revisar el estado del mismo.
  • Generalmente es posible que el óxido o un exceso de suciedad sean los culpables del mal estado del pistón. Hay que desmontarlo, limpiarlo, sustituir las juntas deficientes o, si se observa un general estado de desgaste, proceder al cambio general de la pinza.
  • Mala alineación de las ruedas: Una mala alineación de las ruedas ocasiona una frenada irregular sobre todo si el desajuste es muy importante. Hay que verificar que la alineación sea correcta en un taller de alineación de dirección que tenga la debida solvencia.
  • Amortiguadores blandos: Como última probabilidad en este caso de que el automóvil se va de lado al frenar, no hay que olvidar que una amortiguación excesivamente blanda debida a desgaste de alguno de los amortiguadores afecta muy negativamente la operación de frenado. El coche puede irse de lado cuando el amortiguador no presiona suficientemente la rueda que se está frenando en aquel momento. Se tiene que acudir a un taller especializado para que allí nos revisen el estado general de la amortiguación.

Los frenos se agarrotan o bloquean

Este síntoma se manifiesta por el bloqueo de las ruedas a consecuencia del agarrotamiento de los frenos. Esta situación puede producirse en una sola o en varias ruedas, pero generalmente lo hace en una sola rueda. Hay notable pérdida de potencia, gran calentamiento en la rueda afectada y a un golpe ligero del pedal del freno corresponde una desviación importante de la trayectoria del vehículo.

Las causas hemos de encontrarlas en los siguientes puntos:

  • Agarrotamiento de los pistones de freno: La causa más probable la hemos de encontrar en un posible agarrotamiento o gripaje del pistón o pistones de la pinza. La suciedad, el óxido o el mal estado de las juntas pueden determinar esta avería que tendrá que solucionarse con la limpieza o el cambio de las piezas afectadas. Es muy peligroso conducir en estas condiciones pues en el caso de tener que realizar una frenada de emergencia se nos puede cruzar el coche en la carretera y perder su control. Hay que acudir enseguida a los servicios de un taller.
  • Retenes dilatados: Una avería relativamente frecuente puede consistir en que los retenes se hayan dilatado con el uso y obstaculicen ahora de una forma importante la carrera de retomo de los émbolos de modo que éstos queden parcialmente aplicados sobre las pastillas de freno y éstas sobre el disco. Como en el caso anterior, conviene repasar cuidadosamente el funcionamiento del mecanismo en conjunto y sustituir todos los retenes que se observen defectuosos.
  • Otras causas: Pueden ser también culpables de esta avería algunas otras causas o problemas en el funcionamiento del circuito. Por ejemplo, tenemos que si el orificio de compensación está obstruido el freno no retorna con facilidad. De igual forma nos encontramos con un mal reglaje de la palanca en su unión a la varilla de mando del servofreno. Cuando el bloqueo queda determinado en los frenos posteriores es muy posible que exista una mala regulación del corrector de frenado, el cual se encuentra en los bajos del vehículo, de la forma que nos indica la figura 27. Comprobar también todos estos puntos.

El pedal del freno ofrece poca resistencia (pedal blando)

Este caso consiste en que el conductor observa una irregularidad que se destaca durante el uso del pedal. En general aprecia que el pedal tiene una carrera, antes de actuar, mucho más larga de lo habitual (frena muy al fondo). Por otra parte, la respuesta del freno desde el momento en que se oprime el pedal y el automóvil reduce su marcha, es también relativamente lenta y, por lo mismo, peligrosa.

Por último, el freno no es lo suficientemente eficaz ni siquiera cuando se aprieta el pedal a fondo. Si estas condiciones se dan de golpe, durante el funcionamiento en ruta, pueden ser muy peligroso continuar sin antes no saber lo que ocurre en los frenos. Si hay que circular deberá hacerse con lentitud y marchas cortas con el fin de poder frenar cuando sea necesario, hasta llegar a un próximo taller.

Las causas de este defecto pueden encontrarse entre las siguientes:

  • Escasez de líquido de frenos en el circuito: Lo primero que hay que comprobar es el estado del nivel del líquido de frenos en su depósito correspondiente. Para mayor seguridad hay que cerciorarse de que en el depósito el líquido se halle en su posición de máximo (MAX).
  • Presencia de aire en el circuito hidráulico: El líquido transmite la presión porque no se comprime. Sin embargo, cuando hay aire repartido en el circuito estas partículas de aire sí se comprimen y la presión sobre las pastillas no es transmitida íntegramente. La operación por medio de la cual se elimina el aire del circuito recibe el nombre de sangrado y un aspecto de su ejecución puede verse representada en la figura 28, en donde se saca el aire del circuito. El sangrado es una operación que puede llevarla a cabo el mismo conductor pero que no es aconsejable hacerla si no se tiene una mínima práctica. Por lo tanto hay que llevar el coche al taller. Aquí se ha de proceder a un buen sangrado del circuito por el procedimiento habitual de llevar a cabo esta operación. Si al cabo de poco tiempo reaparece de nuevo el síntoma se tendrá que tener en cuenta que es posible que lo ocurrido sea que exista una entrada de aire en el circuito. Generalmente esta entrada de aire puede producirse a través del cilindro maestro o de los émbolos de las pinzas. Hay que revisar estos puntos en los que pueden observarse también fugas de líquido.
  • Líquido de frenos inadecuado: Si los frenos han sido reparados últimamente, no descartar la posibilidad de que se haya utilizado un líquido de frenos inadecuado o de condiciones no debidamente homologadas para el sistema.

Vibraciones o temblores al frenar

Este síntoma de avería en el funcionamiento de los frenos puede provenir de los frenos delanteros o de los traseros sobre todo en los equipos en los que delante se equipan discos y detrás frenos de tambor. Como quiera que a la hora de frenar no se sabe cuáles son los frenos que fallan, es necesario realizar una prueba en carretera: Al circular a unos 100 km/h se aplica primero el freno de mano con cuidado de no ejercer demasiada fuerza. Si en este momento se aprecian las vibraciones es señal de que los frenos traseros son los culpables. Pero si no es así, los culpables los tenemos en los frenos delanteros. También otras condiciones del estado de la sujeción de las ruedas a los trapecios de sustentación pueden ocasionar un mal frenado cuando se aprieta el pedal. Vamos a considerar estas posibilidades.

Vibraciones en los frenos delanteros

  • Espesor variable entre los discos: Cuando un disco ha sufrido un desgaste irregular de modo que su diferencia de espesor es superior a una centésima de milímetro es muy posible que se efectúen vibraciones durante el momento de la frenada. Se tiene que llevar el coche al taller para que allí hagan las comprobaciones precisas después de desmontar las ruedas delanteras y mediante un micrómetro medir por lo menos en ocho zonas, diametralmente opuestas, el espesor del disco. Si el resultado de la medición da valores con diferencias superiores a 0,01 milímetros, el disco deberá desecharse y sustituirse por otro nuevo. También hay que controlar el alabeo del disco (con la ayuda de un comparador). Pero todo ello es trabajo de un taller especializado.
  • Rodamientos de bujes con demasiada holgura: La rueda puede tener un juego excesivo debido al mal estado de su cojinete lo que produce un cierto alabeo que se transmite al disco de freno. En el taller os han de verificar el estado de estas piezas y proceder a su sustitución en caso de huelgo excesivo.
  • Rótulas o pivotes en mal estado: Del mismo modo hay que verificar también el estado de las rótulas y de los pivotes de la suspensión. Si se encuentran holguras excesivas piénsese que ello puede trasladarse a la rueda y producir una inseguridad en el giro de la rueda que se evidencie en el momento crítico de la frenada.
  • Discos con óxido: Cuando los discos están oxidados y se ha creado en ellos una capa sobre su superficie, puede darse también el hecho de que aparezca el síntoma de advertir unos temblores en el momento de la frenada. Generalmente este defecto desaparecerá después de unas cuantas aplicaciones del freno pero, por el momento, puede parecer un comportamiento peligroso.

Vibraciones en los frenos traseros

Tambores descentrados o deformados: Una deformación en el diámetro de los tambores puede ocasionar que los forros no se apliquen debidamente. En este caso hay pérdida en la efectividad de la frenada y, además, posible causa de vibraciones. Pero lo más frecuente es, sin duda, el descentrado del tambor a causa de un mal asiento de los puntos de apoyo de las ruedas con respecto a los mismos tambores de freno. Si ello es así hay que proceder al cambio de la rueda incluso antes que el mismo tambor, aunque éste también puede estar afectado si el vehículo ha recorrido ya muchos miles de kilómetros.

Otras causas

  • Forros o pastillas engrasados: Si los forros o las pastillas han recibido parcialmente impregnación de líquido de frenos o de restos de grasa pueden ocasionar un frenado defectuoso traducido en temblores mientras sujetan el disco o el tambor. La determinación y solución de este defecto debe encomendarse a un taller especializado.
  • Forros o pastillas vitrificados: El poder frenante de las guarniciones queda disminuido de una manera irregular cuando, generalmente por un gran recalentamiento, ha sufrido una vitrificación la superficie de contacto. En el taller nos han de desmontar los frenos y verificar el estado de la superficie y cambiar los forros o las pastillas en caso de que se trate de este defecto descrito.

Los frenos hacen mucho ruido al frenar

Los frenos de disco especialmente suelen ser bastante escandalosos cuando no se cumplen totalmente las especificaciones correctas en lo que respecta al tipo de pastillas o a defectos de desgaste o de ajuste de los mismos. Pequeños ruidos al frenar muy poco, que desaparecen cuando se frena a fondo, no suelen ser preocupantes, pero sí lo son los ruidos cuando se frena a fondo especialmente si tienen un rechinar metálico. Es entonces cuando hay que acudir rápidamente al taller para no agravar el coste de la futura reparación.

Las causas más probables de las avería en los frenos que chirrían pueden ser las siguientes:

  • Suciedad de óxido en los anclajes de las pastillas: Cuando la suciedad y el óxido se depositan entre las pastillas y sus anclajes, es decir, en los pasadores, base de las pastillas, etcétera, puede ocasionarse un ruido en el momento de la frenada. Se deberá llevar el coche al taller para que allí procedan a la limpieza de las partes oxidadas o sucias para conseguir eliminar el ruido que, por otro lado, es más molesto que peligroso.
  • Guarniciones completamente desgastadas: Cuando los forros o las pastillas han consumido la guarnición y aflora el soporte de acero se da el caso de que esta parte de acero se aplica sobre el acero del disco o del tambor produciéndose un rapidísimo desgaste de ambas piezas y la consiguiente inutilización del disco o del tambor. Cuando ambas piezas rozan se advierte un fuerte chirrido tanto más fuerte cuanto mayor es la fuerza aplicada a la frenada. En los automóviles provistos de avisador de desgaste de las pastillas ya hace mucho tiempo que se debe haber encendido la luz de aviso de emergencia. Si se persiste en mantener esta situación y los discos llegan a rayarse se tendrá que sustituir toda la pieza completa en cada freno.
  • Uso de guarniciones inadecuadas: El empleo de guarniciones cuyas especificaciones de uso no estén de acuerdo con las características del diseño de los frenos en cuestión puede ser una fuente de ruidos molestos, además de otros inconvenientes tales como los de una frenada irregular o deficiente. Cerciorarse de que las pastillas sean las autorizadas por el fabricante.
  • Estado de los discos o los tambores: También se pueden producir ruidos debidos a la ovalización de los discos o de los tambores, así como a defectos tales como acanaladuras o falta de ortogonalidad, es decir, que dispongan de alabeo y giren con un cierto movimiento de vaivén. En el taller deben comprobar el estado de estas piezas con respecto a los defectos citados.



Califica este Artículo:



4 Comentarios en Averías en los frenos del automóvil

  1. pedro Dice:

    hola,he cambiado.disco,pastillas y liquido,y aparti de cambiar todo esto el coche va peor cuando bajo una rampita los y piso el freno empieza hacer ta,ta,ta asta que frena.ya nose que hacerle. un saludo

  2. manuel Dice:

    tengo un renault 21 un poco viejo y cuando freno se me va el pedal poco apoco ya lo e cambiado la bomba de frenos pero sigue igual sera que las zapatas estan demasiada gastadas

  3. manuel Dice:

    tengo un renault 21 un poco viejo y cuando freno se me va el pedal poco apoco ya lo e cambiado pero sigue igual sera que las zapatas estan demasiada gastadas

  4. esteban Dice:

    Las fallas en los frenos son frecuentes si no se les hace la debida mantención, no se deben cambiar cuando ya no hay nada que hacer si no realmente tener un control de ellos, pues afecta varios componentes más del vehículo, ya la tecnologia nos da muchos medios de cotizaciones en líneas y demás, que permiten que busques los lugares desde la comidad de tu casa en la oficina, a mi me sugirieron este portal es realmente efectivo, nos presenta varias alternativas, entre ellas el tema de frenos tanto en cambio, como en la manetnción de la que me referia anteriormente.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *